CÓMO LEER LA MENTE DEL GRAN MAESTRO
¿Qué preocupación pesa en el corazón de Pablo sobre la comunidad cristiana de Filipos cuando les escribe su carta? Filipenses 2:1–4; 4:2, 3.
Filipenses 2:1 al 11 es uno de los pasajes más profundos de toda la Biblia. Presenta la preexistencia de Cristo, su divinidad, su encarnación, su humanidad, su aceptación de la muerte en la Cruz. Describe el largo y difícil camino descendente que Jesús tomó del cielo al Calvario (Fil. 2:5–8). Y describe cómo el Padre exalta a Jesús a una posición de adoración universal (2:9-11).
Muchas grandes y sorprendentes verdades se plasman en esos versículos.
¿Cómo comienza Pablo Filipenses 2:5 al 11? De los acontecimientos de la vida de Jesús que celebra, ¿cuáles crees que espera que los creyentes reflejen en su propia vida? (2:6-11).
Pablo espera que los creyentes de Filipos, que quizás eran polémicos, aprendan de Jesús y su encarnación. Si Jesús pudo adoptar la forma humana, “tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres” (2:7), e incluso someterse a la crucifixión, ¿cuánto más deberían someterse unos a otros por amor?
Se nos recuerda que hay mucho que aprender del gran Maestro, Jesús. Aprendemos de los mensajes que comparte durante su ministerio terrenal. Aprendemos de los milagros que realiza y la forma en que actúa con los demás. Quizá podamos intentar, en nuestras relaciones con los demás, seguir el ejemplo de su gran condescendencia, y detenernos a pensar en su voluntad de intercambiar las glorias del cielo por un pesebre (¡qué lección para nosotros!).
En contraste, con demasiada frecuencia el mundo nos invita a exaltarnos a nosotros mismos, a presumir de nuestros logros. En un pesebre de Belén, aprendemos una lección diferente del gran Maestro: que la gran obra de educación y salvación de Dios no se logra mediante la autoexaltación sino humillándonos ante Dios y sirviendo a los demás.
¿Qué situación afrontas en este momento, en la que humillarte podría darte una oportunidad poderosa para reflejar a Cristo ante los demás?